MODOS DE HACER
Maneras de desplegar y darles forma a los procesos de hacer… metodologías experimentales que por persistencia y corrección se vuelven herramientas disciplinares.
Biarritz es un edificio de vivienda colectiva para una cooperativa de trabajadores de la educación de la provincia de Buenos Aires. Ha sido realizado en un trabajo colaborativo teniendo en cuenta de manera simétrica los requerimientos de la cooperativa así como las condiciones del sitio y de los códigos de edificación y urbanos del partido de San Martín.
¿Qué mirada nos provee una posición de ubicuidad que nos permite flotar atravesando la individualidad de cada proyecto? ¿Cuáles formas disciplinares de representación propias de la arquitectura articulan una visión abstracta y objetual en lugar que posicionada y subjetiva?
Las imágenes verticales, aéreas, cenitales, satelitales, se han tornado moneda corriente. De manera creciente se ha vuelto común el acceso a fotografías o videos tomados desde artefactos que miran hacia el territorio desde arriba. Este tipo de mirada pareciera que viene a reemplazar la que predominó durante los últimos quinientos años, desde que la perspectiva posicionó al hombre en el centro de la escena.
En Planta se presenta como una serie de dibujos, enfocando en lo que para la oficina es una herramienta de privilegio a la hora de definir los proyectos y poner en relación lo heterogéneo. Una mirada transversal a través de los múltiples trabajos realizados, permitiendo una mirada descontextualizada y a la vez conmensurable entre sí. Una colección que se define a partir de un encuadre y una representación común.
Biarritz es un edificio de vivienda colectiva para una cooperativa de trabajadores de la educación de la provincia de Buenos Aires. Ha sido realizado en un trabajo colaborativo teniendo en cuenta de manera simétrica los requerimientos de la cooperativa así como las condiciones del sitio y de los códigos de edificación y urbanos del partido de San Martín.
Embalaje por fuera, oficina por dentro
La Oficina de Bolsillo reúne en un único volumen el trabajo y las aspiraciones de la Oficina de Arquitectura.
¿Qué formas de organización incorporamos a los procesos de desarrollo de proyectos de arquitectura? ¿Cuáles determinaciones nos auto-imponemos como constricción? ¿Qué matrices incorporamos como guías que nos acompañen en la toma de decisiones proyectuales, y que nos eviten caer en la ilusión de estar, en cada momento, dando respuesta a una problemática a través del proyecto? ¿Cómo mantener cierta significación de lo figurativo en su paso a la abstracción?
En algunos proyectos tomamos la forma de organización de una cosa, considerada en su concepción como Figura, como guía para la toma de decisiones a lo largo del proceso de proyecto. Al incorporarlas como figura se trata de enfocar en sus cualidades genéricas y convencionales más que en su constitución especifica. Así, Árbol podría ser un sistema de organización de cargas por ramificación vertical o una forma de generar sombra con un solo apoyo; un rompecabezas deberá organizarse en partes que encajan en entre sí en una sola posición y cuyas delimitaciones, para no simplificar el juego, no coinciden con la forma de la imagen que soporta…; un Bolsillo es un contenedor con capacidades de reversibilidad.
La arquitectura que resulta de estos procesos, además de responder a necesidades y requerimientos del lugar, a la situación o a los usos, a las determinaciones materiales y de sistemas de producción; posee un vínculo adicional. En algunos casos ese doble vínculo se vuelve una manera de incorporar la ficción y la narrativa, en otros una forma de atravesar el proceso de proyecto como un juego con sus reglas y donde el proyecto resultante es el conjunto de movimientos que requiere una partida.
¿Cómo incorporar actores no especialistas a los procesos proyectuales? ¿Qué protocolos arquitectónicos se requieren para las dinámicas de toma de decisiones colectivas? ¿Cómo incorporar las cosas que por su capacidad de agencia se vuelven actores significativos en las asambleas de proyecto? ¿Qué herramientas hace falta desarrollar para pasar del rol de arquitecto proveedor de formas como respuestas a necesidades (proyecto), a un rol de proveedor de dinámicas de producción de arquitectura (proceso)? ¿Cómo producir en las Asambleas de Proyecto documentos arquitectónicos, que como Objetos de Consenso articulen los intereses contrapuestos en un objetivo de transformación común?
Las Asambleas de Proyecto permiten la conformación de un consenso que pueda habilitar un proceso proyectual. Es el proceso mismo desarrollado de esta manera el que ayuda a definir la situación general: el que determina el alcance del proyecto, los actores a involucrar, las estrategias, las necesidades y las aspiraciones, al mismo tiempo que se define el proyecto arquitectónico. La asamblea es la instancia de toma de decisiones que articula una red en formación de actores del territorio en torno a un proyecto de transformación material del entorno construido. Es una herramienta técnica con capacidades políticas. Más que una instancia de participación donde como es habitual se decide entre opciones previamente desarrolladas en ambientes especialistas, las asambleas de proyecto proponen abrir los laboratorios: la participación en las instancias más disciplinares de la arquitectura.
La oficina viene desarrollando una serie de proyectos de manera autogestionaria junto a colectivos y organizaciones sociales y políticas en contextos donde se requiere de acuerdos, vínculos y asociaciones que la arquitectura asamblearia ayuda a conformar. Estos proyectos, a la par de la investigación Urbanismo de las asociaciones: arquitectura pública como objeto de consenso en ecologías urbanas complejas, conforman una práctica experimental sobre las posibilidades de desarrollar arquitectura asamblearia de manera autogestionada en contextos de escenarios complejos. Esta línea de trabajos con su dinámica colectiva ha devenido en la conformación de la plataforma CAPA Colectivo Arquitectura Pública Asamblearia, dedicada a la generación de proyectos de arquitectura comunitaria y equipamiento urbano desarrollados de manera participativa junto a grupos y organizaciones
¿Cuáles son los materiales de trabajo que utilizamos para generar un proyecto de arquitectura? ¿Cómo se produce el pasaje de uno a otro? ¿Cómo se configuran? ¿Hay un material inicial, externo, encontrado a partir del cual se desarrollan los otros? ¿Cómo se mantienen las cualidades a lo largo de su transformación: de material preexistente a proyecto con capacidades de transformación?
En algunos proyectos en los que venimos trabajando, ciertos materiales de trabajo surgen a partir de lo existente: objetos o imágenes significativas encontrados en el lugar o surgidos de la situación, que a través de procedimientos de traducción van construyendo las diferentes instancias de aproximación a los documentos constitutivos del proyecto. Algunos de esos materiales de base ni siquiera son materiales arquitectónicos. En Aurea, el reciclaje de una casa en vivienda y centro de técnicas corporales, utilizamos fotos de Joseph Pilates, el creador del método, para desarrollar las plantas del proyecto. Al describir simétricamente esas imágenes a la vez que lo proyectado, construíamos un lenguaje común con el comitente. En Casa Isabella, una intervención de vaciado de una casa preexistente, fueron los revestimientos que había que retirar de la casa a reciclar los que se incorporaron como material para definir la forma del corte de la demolición. En el proyecto de equipamiento comunitario que desarrollamos junto a una organización social y política, Ciudad Roca Negra, se eligió una imagen significativa para el colectivo en su lucha reivindicativa por justicia y cambio social. La utilización de ese dibujo como material de base para producir el proyecto, requirió determinar y aplicar un protocolo de transformación que pasó por: la geometrización, el desmembramiento y sistematización en partes, su territorialización, y por ultimo cargarlo de programas, usos y técnicas de construcción.
Al final de ese proceso de laboratorio gran parte de sus cualidades iniciales del dibujo original se perdieron, sin embargo, es interesante ver que algunas sí permanecen…, pero transformadas. El reconocimiento de que existe una continuidad entre el material de base y el proyecto da cuenta de la persistencia de las significaciones latentes inicialmente, pero que no se dan en el plano de las ideas o de las voluntades discursivas, sino en el de las capacidades concretas que tienen los objetos de sostener articulaciones estables entre una multiplicidad de actores con intereses diversos. Una estabilidad que permite construir consensos provisorios que motoricen la construcción de un proyecto en común. Es cuando los objetos participan activamente en producir acuerdos, y es ahí donde los arquitectos poseemos herramientas con enormes capacidades políticas al configurar los materiales de trabajo como objetos de consenso. *
*Fragmento de “Re-Ciclo: los materiales de trabajo como objetos de consenso”, texto publicado en revista Píldoras de Arquitectura III, Mesa Editores, Medellín.
Biarritz es un edificio de vivienda colectiva para una cooperativa de trabajadores de la educación de la provincia de Buenos Aires. Ha sido realizado en un trabajo colaborativo teniendo en cuenta de manera simétrica los requerimientos de la cooperativa así como las condiciones del sitio y de los códigos de edificación y urbanos del partido de San Martín.
¿Cuáles son los materiales de trabajo que utilizamos para generar un proyecto de arquitectura? ¿Cómo se produce el pasaje de uno a otro? ¿Cómo se configuran? ¿Hay un material inicial, externo, encontrado a partir del cual se desarrollan los otros? ¿Cómo se mantienen las cualidades a lo largo de su transformación: de material preexistente a proyecto con capacidades de transformación?
En algunos proyectos en los que venimos trabajando, ciertos materiales de trabajo surgen a partir de lo existente: objetos o imágenes significativas encontrados en el lugar o surgidos de la situación, que a través de procedimientos de traducción van construyendo las diferentes instancias de aproximación a los documentos constitutivos del proyecto. Algunos de esos materiales de base ni siquiera son materiales arquitectónicos. En Aurea, el reciclaje de una casa en vivienda y centro de técnicas corporales, utilizamos fotos de Joseph Pilates, el creador del método, para desarrollar las plantas del proyecto. Al describir simétricamente esas imágenes a la vez que lo proyectado, construíamos un lenguaje común con el comitente. En Casa Isabella, una intervención de vaciado de una casa preexistente, fueron los revestimientos que había que retirar de la casa a reciclar los que se incorporaron como material para definir la forma del corte de la demolición. En el proyecto de equipamiento comunitario que desarrollamos junto a una organización social y política, Ciudad Roca Negra, se eligió una imagen significativa para el colectivo en su lucha reivindicativa por justicia y cambio social. La utilización de ese dibujo como material de base para producir el proyecto, requirió determinar y aplicar un protocolo de transformación que pasó por: la geometrización, el desmembramiento y sistematización en partes, su territorialización, y por ultimo cargarlo de programas, usos y técnicas de construcción.
Al final de ese proceso de laboratorio gran parte de sus cualidades iniciales del dibujo original se perdieron, sin embargo, es interesante ver que algunas sí permanecen…, pero transformadas. El reconocimiento de que existe una continuidad entre el material de base y el proyecto da cuenta de la persistencia de las significaciones latentes inicialmente, pero que no se dan en el plano de las ideas o de las voluntades discursivas, sino en el de las capacidades concretas que tienen los objetos de sostener articulaciones estables entre una multiplicidad de actores con intereses diversos. Una estabilidad que permite construir consensos provisorios que motoricen la construcción de un proyecto en común. Es cuando los objetos participan activamente en producir acuerdos, y es ahí donde los arquitectos poseemos herramientas con enormes capacidades políticas al configurar los materiales de trabajo como objetos de consenso. *
*Fragmento de “Re-Ciclo: los materiales de trabajo como objetos de consenso”, texto publicado en revista Píldoras de Arquitectura III, Mesa Editores, Medellín.
Biarritz es un edificio de vivienda colectiva para una cooperativa de trabajadores de la educación de la provincia de Buenos Aires. Ha sido realizado en un trabajo colaborativo teniendo en cuenta de manera simétrica los requerimientos de la cooperativa así como las condiciones del sitio y de los códigos de edificación y urbanos del partido de San Martín.
¿Qué mirada nos provee una posición de ubicuidad que nos permite flotar atravesando la individualidad de cada proyecto? ¿Cuáles formas disciplinares de representación propias de la arquitectura articulan una visión abstracta y objetual en lugar que posicionada y subjetiva?
Las imágenes verticales, aéreas, cenitales, satelitales, se han tornado moneda corriente. De manera creciente se ha vuelto común el acceso a fotografías o videos tomados desde artefactos que miran hacia el territorio desde arriba. Este tipo de mirada pareciera que viene a reemplazar la que predominó durante los últimos quinientos años, desde que la perspectiva posicionó al hombre en el centro de la escena.
En Planta se presenta como una serie de dibujos, enfocando en lo que para la oficina es una herramienta de privilegio a la hora de definir los proyectos y poner en relación lo heterogéneo. Una mirada transversal a través de los múltiples trabajos realizados, permitiendo una mirada descontextualizada y a la vez conmensurable entre sí. Una colección que se define a partir de un encuadre y una representación común.
¿Qué formas de organización incorporamos a los procesos de desarrollo de proyectos de arquitectura? ¿Cuáles determinaciones nos auto-imponemos como constricción? ¿Qué matrices incorporamos como guías que nos acompañen en la toma de decisiones proyectuales, y que nos eviten caer en la ilusión de estar, en cada momento, dando respuesta a una problemática a través del proyecto? ¿Cómo mantener cierta significación de lo figurativo en su paso a la abstracción?
En algunos proyectos tomamos la forma de organización de una cosa, considerada en su concepción como Figura, como guía para la toma de decisiones a lo largo del proceso de proyecto. Al incorporarlas como figura se trata de enfocar en sus cualidades genéricas y convencionales más que en su constitución especifica. Así, Árbol podría ser un sistema de organización de cargas por ramificación vertical o una forma de generar sombra con un solo apoyo; un rompecabezas deberá organizarse en partes que encajan en entre sí en una sola posición y cuyas delimitaciones, para no simplificar el juego, no coinciden con la forma de la imagen que soporta…; un Bolsillo es un contenedor con capacidades de reversibilidad.
La arquitectura que resulta de estos procesos, además de responder a necesidades y requerimientos del lugar, a la situación o a los usos, a las determinaciones materiales y de sistemas de producción; posee un vínculo adicional. En algunos casos ese doble vínculo se vuelve una manera de incorporar la ficción y la narrativa, en otros una forma de atravesar el proceso de proyecto como un juego con sus reglas y donde el proyecto resultante es el conjunto de movimientos que requiere una partida.
Embalaje por fuera, oficina por dentro
La Oficina de Bolsillo reúne en un único volumen el trabajo y las aspiraciones de la Oficina de Arquitectura.
¿Cómo incorporar actores no especialistas a los procesos proyectuales? ¿Qué protocolos arquitectónicos se requieren para las dinámicas de toma de decisiones colectivas? ¿Cómo incorporar las cosas que por su capacidad de agencia se vuelven actores significativos en las asambleas de proyecto? ¿Qué herramientas hace falta desarrollar para pasar del rol de arquitecto proveedor de formas como respuestas a necesidades (proyecto), a un rol de proveedor de dinámicas de producción de arquitectura (proceso)? ¿Cómo producir en las Asambleas de Proyecto documentos arquitectónicos, que como Objetos de Consenso articulen los intereses contrapuestos en un objetivo de transformación común?
Las Asambleas de Proyecto permiten la conformación de un consenso que pueda habilitar un proceso proyectual. Es el proceso mismo desarrollado de esta manera el que ayuda a definir la situación general: el que determina el alcance del proyecto, los actores a involucrar, las estrategias, las necesidades y las aspiraciones, al mismo tiempo que se define el proyecto arquitectónico. La asamblea es la instancia de toma de decisiones que articula una red en formación de actores del territorio en torno a un proyecto de transformación material del entorno construido. Es una herramienta técnica con capacidades políticas. Más que una instancia de participación donde como es habitual se decide entre opciones previamente desarrolladas en ambientes especialistas, las asambleas de proyecto proponen abrir los laboratorios: la participación en las instancias más disciplinares de la arquitectura.
La oficina viene desarrollando una serie de proyectos de manera autogestionaria junto a colectivos y organizaciones sociales y políticas en contextos donde se requiere de acuerdos, vínculos y asociaciones que la arquitectura asamblearia ayuda a conformar. Estos proyectos, a la par de la investigación Urbanismo de las asociaciones: arquitectura pública como objeto de consenso en ecologías urbanas complejas, conforman una práctica experimental sobre las posibilidades de desarrollar arquitectura asamblearia de manera autogestionada en contextos de escenarios complejos. Esta línea de trabajos con su dinámica colectiva ha devenido en la conformación de la plataforma CAPA Colectivo Arquitectura Pública Asamblearia, dedicada a la generación de proyectos de arquitectura comunitaria y equipamiento urbano desarrollados de manera participativa junto a grupos y organizaciones
Biarritz es un edificio de vivienda colectiva para una cooperativa de trabajadores de la educación de la provincia de Buenos Aires. Ha sido realizado en un trabajo colaborativo teniendo en cuenta de manera simétrica los requerimientos de la cooperativa así como las condiciones del sitio y de los códigos de edificación y urbanos del partido de San Martín.
¿Cómo incorporar actores no especialistas a los procesos proyectuales? ¿Qué protocolos arquitectónicos se requieren para las dinámicas de toma de decisiones colectivas? ¿Cómo incorporar las cosas que por su capacidad de agencia se vuelven actores significativos en las asambleas de proyecto? ¿Qué herramientas hace falta desarrollar para pasar del rol de arquitecto proveedor de formas como respuestas a necesidades (proyecto), a un rol de proveedor de dinámicas de producción de arquitectura (proceso)? ¿Cómo producir en las Asambleas de Proyecto documentos arquitectónicos, que como Objetos de Consenso articulen los intereses contrapuestos en un objetivo de transformación común?
Las Asambleas de Proyecto permiten la conformación de un consenso que pueda habilitar un proceso proyectual. Es el proceso mismo desarrollado de esta manera el que ayuda a definir la situación general: el que determina el alcance del proyecto, los actores a involucrar, las estrategias, las necesidades y las aspiraciones, al mismo tiempo que se define el proyecto arquitectónico. La asamblea es la instancia de toma de decisiones que articula una red en formación de actores del territorio en torno a un proyecto de transformación material del entorno construido. Es una herramienta técnica con capacidades políticas. Más que una instancia de participación donde como es habitual se decide entre opciones previamente desarrolladas en ambientes especialistas, las asambleas de proyecto proponen abrir los laboratorios: la participación en las instancias más disciplinares de la arquitectura.
La oficina viene desarrollando una serie de proyectos de manera autogestionaria junto a colectivos y organizaciones sociales y políticas en contextos donde se requiere de acuerdos, vínculos y asociaciones que la arquitectura asamblearia ayuda a conformar. Estos proyectos, a la par de la investigación Urbanismo de las asociaciones: arquitectura pública como objeto de consenso en ecologías urbanas complejas, conforman una práctica experimental sobre las posibilidades de desarrollar arquitectura asamblearia de manera autogestionada en contextos de escenarios complejos. Esta línea de trabajos con su dinámica colectiva ha devenido en la conformación de la plataforma CAPA Colectivo Arquitectura Pública Asamblearia, dedicada a la generación de proyectos de arquitectura comunitaria y equipamiento urbano desarrollados de manera participativa junto a grupos y organizaciones
Embalaje por fuera, oficina por dentro
La Oficina de Bolsillo reúne en un único volumen el trabajo y las aspiraciones de la Oficina de Arquitectura.
Biarritz es un edificio de vivienda colectiva para una cooperativa de trabajadores de la educación de la provincia de Buenos Aires. Ha sido realizado en un trabajo colaborativo teniendo en cuenta de manera simétrica los requerimientos de la cooperativa así como las condiciones del sitio y de los códigos de edificación y urbanos del partido de San Martín.
¿Cuáles son los materiales de trabajo que utilizamos para generar un proyecto de arquitectura? ¿Cómo se produce el pasaje de uno a otro? ¿Cómo se configuran? ¿Hay un material inicial, externo, encontrado a partir del cual se desarrollan los otros? ¿Cómo se mantienen las cualidades a lo largo de su transformación: de material preexistente a proyecto con capacidades de transformación?
En algunos proyectos en los que venimos trabajando, ciertos materiales de trabajo surgen a partir de lo existente: objetos o imágenes significativas encontrados en el lugar o surgidos de la situación, que a través de procedimientos de traducción van construyendo las diferentes instancias de aproximación a los documentos constitutivos del proyecto. Algunos de esos materiales de base ni siquiera son materiales arquitectónicos. En Aurea, el reciclaje de una casa en vivienda y centro de técnicas corporales, utilizamos fotos de Joseph Pilates, el creador del método, para desarrollar las plantas del proyecto. Al describir simétricamente esas imágenes a la vez que lo proyectado, construíamos un lenguaje común con el comitente. En Casa Isabella, una intervención de vaciado de una casa preexistente, fueron los revestimientos que había que retirar de la casa a reciclar los que se incorporaron como material para definir la forma del corte de la demolición. En el proyecto de equipamiento comunitario que desarrollamos junto a una organización social y política, Ciudad Roca Negra, se eligió una imagen significativa para el colectivo en su lucha reivindicativa por justicia y cambio social. La utilización de ese dibujo como material de base para producir el proyecto, requirió determinar y aplicar un protocolo de transformación que pasó por: la geometrización, el desmembramiento y sistematización en partes, su territorialización, y por ultimo cargarlo de programas, usos y técnicas de construcción.
Al final de ese proceso de laboratorio gran parte de sus cualidades iniciales del dibujo original se perdieron, sin embargo, es interesante ver que algunas sí permanecen…, pero transformadas. El reconocimiento de que existe una continuidad entre el material de base y el proyecto da cuenta de la persistencia de las significaciones latentes inicialmente, pero que no se dan en el plano de las ideas o de las voluntades discursivas, sino en el de las capacidades concretas que tienen los objetos de sostener articulaciones estables entre una multiplicidad de actores con intereses diversos. Una estabilidad que permite construir consensos provisorios que motoricen la construcción de un proyecto en común. Es cuando los objetos participan activamente en producir acuerdos, y es ahí donde los arquitectos poseemos herramientas con enormes capacidades políticas al configurar los materiales de trabajo como objetos de consenso. *
*Fragmento de “Re-Ciclo: los materiales de trabajo como objetos de consenso”, texto publicado en revista Píldoras de Arquitectura III, Mesa Editores, Medellín.
¿Qué formas de organización incorporamos a los procesos de desarrollo de proyectos de arquitectura? ¿Cuáles determinaciones nos auto-imponemos como constricción? ¿Qué matrices incorporamos como guías que nos acompañen en la toma de decisiones proyectuales, y que nos eviten caer en la ilusión de estar, en cada momento, dando respuesta a una problemática a través del proyecto? ¿Cómo mantener cierta significación de lo figurativo en su paso a la abstracción?
En algunos proyectos tomamos la forma de organización de una cosa, considerada en su concepción como Figura, como guía para la toma de decisiones a lo largo del proceso de proyecto. Al incorporarlas como figura se trata de enfocar en sus cualidades genéricas y convencionales más que en su constitución especifica. Así, Árbol podría ser un sistema de organización de cargas por ramificación vertical o una forma de generar sombra con un solo apoyo; un rompecabezas deberá organizarse en partes que encajan en entre sí en una sola posición y cuyas delimitaciones, para no simplificar el juego, no coinciden con la forma de la imagen que soporta…; un Bolsillo es un contenedor con capacidades de reversibilidad.
La arquitectura que resulta de estos procesos, además de responder a necesidades y requerimientos del lugar, a la situación o a los usos, a las determinaciones materiales y de sistemas de producción; posee un vínculo adicional. En algunos casos ese doble vínculo se vuelve una manera de incorporar la ficción y la narrativa, en otros una forma de atravesar el proceso de proyecto como un juego con sus reglas y donde el proyecto resultante es el conjunto de movimientos que requiere una partida.
¿Qué mirada nos provee una posición de ubicuidad que nos permite flotar atravesando la individualidad de cada proyecto? ¿Cuáles formas disciplinares de representación propias de la arquitectura articulan una visión abstracta y objetual en lugar que posicionada y subjetiva?
Las imágenes verticales, aéreas, cenitales, satelitales, se han tornado moneda corriente. De manera creciente se ha vuelto común el acceso a fotografías o videos tomados desde artefactos que miran hacia el territorio desde arriba. Este tipo de mirada pareciera que viene a reemplazar la que predominó durante los últimos quinientos años, desde que la perspectiva posicionó al hombre en el centro de la escena.
En Planta se presenta como una serie de dibujos, enfocando en lo que para la oficina es una herramienta de privilegio a la hora de definir los proyectos y poner en relación lo heterogéneo. Una mirada transversal a través de los múltiples trabajos realizados, permitiendo una mirada descontextualizada y a la vez conmensurable entre sí. Una colección que se define a partir de un encuadre y una representación común.
Biarritz es un edificio de vivienda colectiva para una cooperativa de trabajadores de la educación de la provincia de Buenos Aires. Ha sido realizado en un trabajo colaborativo teniendo en cuenta de manera simétrica los requerimientos de la cooperativa así como las condiciones del sitio y de los códigos de edificación y urbanos del partido de San Martín.
¿Qué formas de organización incorporamos a los procesos de desarrollo de proyectos de arquitectura? ¿Cuáles determinaciones nos auto-imponemos como constricción? ¿Qué matrices incorporamos como guías que nos acompañen en la toma de decisiones proyectuales, y que nos eviten caer en la ilusión de estar, en cada momento, dando respuesta a una problemática a través del proyecto? ¿Cómo mantener cierta significación de lo figurativo en su paso a la abstracción?
En algunos proyectos tomamos la forma de organización de una cosa, considerada en su concepción como Figura, como guía para la toma de decisiones a lo largo del proceso de proyecto. Al incorporarlas como figura se trata de enfocar en sus cualidades genéricas y convencionales más que en su constitución especifica. Así, Árbol podría ser un sistema de organización de cargas por ramificación vertical o una forma de generar sombra con un solo apoyo; un rompecabezas deberá organizarse en partes que encajan en entre sí en una sola posición y cuyas delimitaciones, para no simplificar el juego, no coinciden con la forma de la imagen que soporta…; un Bolsillo es un contenedor con capacidades de reversibilidad.
La arquitectura que resulta de estos procesos, además de responder a necesidades y requerimientos del lugar, a la situación o a los usos, a las determinaciones materiales y de sistemas de producción; posee un vínculo adicional. En algunos casos ese doble vínculo se vuelve una manera de incorporar la ficción y la narrativa, en otros una forma de atravesar el proceso de proyecto como un juego con sus reglas y donde el proyecto resultante es el conjunto de movimientos que requiere una partida.
¿Cuáles son los materiales de trabajo que utilizamos para generar un proyecto de arquitectura? ¿Cómo se produce el pasaje de uno a otro? ¿Cómo se configuran? ¿Hay un material inicial, externo, encontrado a partir del cual se desarrollan los otros? ¿Cómo se mantienen las cualidades a lo largo de su transformación: de material preexistente a proyecto con capacidades de transformación?
En algunos proyectos en los que venimos trabajando, ciertos materiales de trabajo surgen a partir de lo existente: objetos o imágenes significativas encontrados en el lugar o surgidos de la situación, que a través de procedimientos de traducción van construyendo las diferentes instancias de aproximación a los documentos constitutivos del proyecto. Algunos de esos materiales de base ni siquiera son materiales arquitectónicos. En Aurea, el reciclaje de una casa en vivienda y centro de técnicas corporales, utilizamos fotos de Joseph Pilates, el creador del método, para desarrollar las plantas del proyecto. Al describir simétricamente esas imágenes a la vez que lo proyectado, construíamos un lenguaje común con el comitente. En Casa Isabella, una intervención de vaciado de una casa preexistente, fueron los revestimientos que había que retirar de la casa a reciclar los que se incorporaron como material para definir la forma del corte de la demolición. En el proyecto de equipamiento comunitario que desarrollamos junto a una organización social y política, Ciudad Roca Negra, se eligió una imagen significativa para el colectivo en su lucha reivindicativa por justicia y cambio social. La utilización de ese dibujo como material de base para producir el proyecto, requirió determinar y aplicar un protocolo de transformación que pasó por: la geometrización, el desmembramiento y sistematización en partes, su territorialización, y por ultimo cargarlo de programas, usos y técnicas de construcción.
Al final de ese proceso de laboratorio gran parte de sus cualidades iniciales del dibujo original se perdieron, sin embargo, es interesante ver que algunas sí permanecen…, pero transformadas. El reconocimiento de que existe una continuidad entre el material de base y el proyecto da cuenta de la persistencia de las significaciones latentes inicialmente, pero que no se dan en el plano de las ideas o de las voluntades discursivas, sino en el de las capacidades concretas que tienen los objetos de sostener articulaciones estables entre una multiplicidad de actores con intereses diversos. Una estabilidad que permite construir consensos provisorios que motoricen la construcción de un proyecto en común. Es cuando los objetos participan activamente en producir acuerdos, y es ahí donde los arquitectos poseemos herramientas con enormes capacidades políticas al configurar los materiales de trabajo como objetos de consenso. *
*Fragmento de “Re-Ciclo: los materiales de trabajo como objetos de consenso”, texto publicado en revista Píldoras de Arquitectura III, Mesa Editores, Medellín.
Embalaje por fuera, oficina por dentro
La Oficina de Bolsillo reúne en un único volumen el trabajo y las aspiraciones de la Oficina de Arquitectura.
Biarritz es un edificio de vivienda colectiva para una cooperativa de trabajadores de la educación de la provincia de Buenos Aires. Ha sido realizado en un trabajo colaborativo teniendo en cuenta de manera simétrica los requerimientos de la cooperativa así como las condiciones del sitio y de los códigos de edificación y urbanos del partido de San Martín.
¿Cómo incorporar actores no especialistas a los procesos proyectuales? ¿Qué protocolos arquitectónicos se requieren para las dinámicas de toma de decisiones colectivas? ¿Cómo incorporar las cosas que por su capacidad de agencia se vuelven actores significativos en las asambleas de proyecto? ¿Qué herramientas hace falta desarrollar para pasar del rol de arquitecto proveedor de formas como respuestas a necesidades (proyecto), a un rol de proveedor de dinámicas de producción de arquitectura (proceso)? ¿Cómo producir en las Asambleas de Proyecto documentos arquitectónicos, que como Objetos de Consenso articulen los intereses contrapuestos en un objetivo de transformación común?
Las Asambleas de Proyecto permiten la conformación de un consenso que pueda habilitar un proceso proyectual. Es el proceso mismo desarrollado de esta manera el que ayuda a definir la situación general: el que determina el alcance del proyecto, los actores a involucrar, las estrategias, las necesidades y las aspiraciones, al mismo tiempo que se define el proyecto arquitectónico. La asamblea es la instancia de toma de decisiones que articula una red en formación de actores del territorio en torno a un proyecto de transformación material del entorno construido. Es una herramienta técnica con capacidades políticas. Más que una instancia de participación donde como es habitual se decide entre opciones previamente desarrolladas en ambientes especialistas, las asambleas de proyecto proponen abrir los laboratorios: la participación en las instancias más disciplinares de la arquitectura.
La oficina viene desarrollando una serie de proyectos de manera autogestionaria junto a colectivos y organizaciones sociales y políticas en contextos donde se requiere de acuerdos, vínculos y asociaciones que la arquitectura asamblearia ayuda a conformar. Estos proyectos, a la par de la investigación Urbanismo de las asociaciones: arquitectura pública como objeto de consenso en ecologías urbanas complejas, conforman una práctica experimental sobre las posibilidades de desarrollar arquitectura asamblearia de manera autogestionada en contextos de escenarios complejos. Esta línea de trabajos con su dinámica colectiva ha devenido en la conformación de la plataforma CAPA Colectivo Arquitectura Pública Asamblearia, dedicada a la generación de proyectos de arquitectura comunitaria y equipamiento urbano desarrollados de manera participativa junto a grupos y organizaciones
¿Qué mirada nos provee una posición de ubicuidad que nos permite flotar atravesando la individualidad de cada proyecto? ¿Cuáles formas disciplinares de representación propias de la arquitectura articulan una visión abstracta y objetual en lugar que posicionada y subjetiva?
Las imágenes verticales, aéreas, cenitales, satelitales, se han tornado moneda corriente. De manera creciente se ha vuelto común el acceso a fotografías o videos tomados desde artefactos que miran hacia el territorio desde arriba. Este tipo de mirada pareciera que viene a reemplazar la que predominó durante los últimos quinientos años, desde que la perspectiva posicionó al hombre en el centro de la escena.
En Planta se presenta como una serie de dibujos, enfocando en lo que para la oficina es una herramienta de privilegio a la hora de definir los proyectos y poner en relación lo heterogéneo. Una mirada transversal a través de los múltiples trabajos realizados, permitiendo una mirada descontextualizada y a la vez conmensurable entre sí. Una colección que se define a partir de un encuadre y una representación común.
Biarritz es un edificio de vivienda colectiva para una cooperativa de trabajadores de la educación de la provincia de Buenos Aires. Ha sido realizado en un trabajo colaborativo teniendo en cuenta de manera simétrica los requerimientos de la cooperativa así como las condiciones del sitio y de los códigos de edificación y urbanos del partido de San Martín.
Biarritz es un edificio de vivienda colectiva para una cooperativa de trabajadores de la educación de la provincia de Buenos Aires. Ha sido realizado en un trabajo colaborativo teniendo en cuenta de manera simétrica los requerimientos de la cooperativa así como las condiciones del sitio y de los códigos de edificación y urbanos del partido de San Martín.
¿Qué formas de organización incorporamos a los procesos de desarrollo de proyectos de arquitectura? ¿Cuáles determinaciones nos auto-imponemos como constricción? ¿Qué matrices incorporamos como guías que nos acompañen en la toma de decisiones proyectuales, y que nos eviten caer en la ilusión de estar, en cada momento, dando respuesta a una problemática a través del proyecto? ¿Cómo mantener cierta significación de lo figurativo en su paso a la abstracción?
En algunos proyectos tomamos la forma de organización de una cosa, considerada en su concepción como Figura, como guía para la toma de decisiones a lo largo del proceso de proyecto. Al incorporarlas como figura se trata de enfocar en sus cualidades genéricas y convencionales más que en su constitución especifica. Así, Árbol podría ser un sistema de organización de cargas por ramificación vertical o una forma de generar sombra con un solo apoyo; un rompecabezas deberá organizarse en partes que encajan en entre sí en una sola posición y cuyas delimitaciones, para no simplificar el juego, no coinciden con la forma de la imagen que soporta…; un Bolsillo es un contenedor con capacidades de reversibilidad.
La arquitectura que resulta de estos procesos, además de responder a necesidades y requerimientos del lugar, a la situación o a los usos, a las determinaciones materiales y de sistemas de producción; posee un vínculo adicional. En algunos casos ese doble vínculo se vuelve una manera de incorporar la ficción y la narrativa, en otros una forma de atravesar el proceso de proyecto como un juego con sus reglas y donde el proyecto resultante es el conjunto de movimientos que requiere una partida.
¿Cómo incorporar actores no especialistas a los procesos proyectuales? ¿Qué protocolos arquitectónicos se requieren para las dinámicas de toma de decisiones colectivas? ¿Cómo incorporar las cosas que por su capacidad de agencia se vuelven actores significativos en las asambleas de proyecto? ¿Qué herramientas hace falta desarrollar para pasar del rol de arquitecto proveedor de formas como respuestas a necesidades (proyecto), a un rol de proveedor de dinámicas de producción de arquitectura (proceso)? ¿Cómo producir en las Asambleas de Proyecto documentos arquitectónicos, que como Objetos de Consenso articulen los intereses contrapuestos en un objetivo de transformación común?
Las Asambleas de Proyecto permiten la conformación de un consenso que pueda habilitar un proceso proyectual. Es el proceso mismo desarrollado de esta manera el que ayuda a definir la situación general: el que determina el alcance del proyecto, los actores a involucrar, las estrategias, las necesidades y las aspiraciones, al mismo tiempo que se define el proyecto arquitectónico. La asamblea es la instancia de toma de decisiones que articula una red en formación de actores del territorio en torno a un proyecto de transformación material del entorno construido. Es una herramienta técnica con capacidades políticas. Más que una instancia de participación donde como es habitual se decide entre opciones previamente desarrolladas en ambientes especialistas, las asambleas de proyecto proponen abrir los laboratorios: la participación en las instancias más disciplinares de la arquitectura.
La oficina viene desarrollando una serie de proyectos de manera autogestionaria junto a colectivos y organizaciones sociales y políticas en contextos donde se requiere de acuerdos, vínculos y asociaciones que la arquitectura asamblearia ayuda a conformar. Estos proyectos, a la par de la investigación Urbanismo de las asociaciones: arquitectura pública como objeto de consenso en ecologías urbanas complejas, conforman una práctica experimental sobre las posibilidades de desarrollar arquitectura asamblearia de manera autogestionada en contextos de escenarios complejos. Esta línea de trabajos con su dinámica colectiva ha devenido en la conformación de la plataforma CAPA Colectivo Arquitectura Pública Asamblearia, dedicada a la generación de proyectos de arquitectura comunitaria y equipamiento urbano desarrollados de manera participativa junto a grupos y organizaciones
¿Cuáles son los materiales de trabajo que utilizamos para generar un proyecto de arquitectura? ¿Cómo se produce el pasaje de uno a otro? ¿Cómo se configuran? ¿Hay un material inicial, externo, encontrado a partir del cual se desarrollan los otros? ¿Cómo se mantienen las cualidades a lo largo de su transformación: de material preexistente a proyecto con capacidades de transformación?
En algunos proyectos en los que venimos trabajando, ciertos materiales de trabajo surgen a partir de lo existente: objetos o imágenes significativas encontrados en el lugar o surgidos de la situación, que a través de procedimientos de traducción van construyendo las diferentes instancias de aproximación a los documentos constitutivos del proyecto. Algunos de esos materiales de base ni siquiera son materiales arquitectónicos. En Aurea, el reciclaje de una casa en vivienda y centro de técnicas corporales, utilizamos fotos de Joseph Pilates, el creador del método, para desarrollar las plantas del proyecto. Al describir simétricamente esas imágenes a la vez que lo proyectado, construíamos un lenguaje común con el comitente. En Casa Isabella, una intervención de vaciado de una casa preexistente, fueron los revestimientos que había que retirar de la casa a reciclar los que se incorporaron como material para definir la forma del corte de la demolición. En el proyecto de equipamiento comunitario que desarrollamos junto a una organización social y política, Ciudad Roca Negra, se eligió una imagen significativa para el colectivo en su lucha reivindicativa por justicia y cambio social. La utilización de ese dibujo como material de base para producir el proyecto, requirió determinar y aplicar un protocolo de transformación que pasó por: la geometrización, el desmembramiento y sistematización en partes, su territorialización, y por ultimo cargarlo de programas, usos y técnicas de construcción.
Al final de ese proceso de laboratorio gran parte de sus cualidades iniciales del dibujo original se perdieron, sin embargo, es interesante ver que algunas sí permanecen…, pero transformadas. El reconocimiento de que existe una continuidad entre el material de base y el proyecto da cuenta de la persistencia de las significaciones latentes inicialmente, pero que no se dan en el plano de las ideas o de las voluntades discursivas, sino en el de las capacidades concretas que tienen los objetos de sostener articulaciones estables entre una multiplicidad de actores con intereses diversos. Una estabilidad que permite construir consensos provisorios que motoricen la construcción de un proyecto en común. Es cuando los objetos participan activamente en producir acuerdos, y es ahí donde los arquitectos poseemos herramientas con enormes capacidades políticas al configurar los materiales de trabajo como objetos de consenso. *
*Fragmento de “Re-Ciclo: los materiales de trabajo como objetos de consenso”, texto publicado en revista Píldoras de Arquitectura III, Mesa Editores, Medellín.
¿Qué mirada nos provee una posición de ubicuidad que nos permite flotar atravesando la individualidad de cada proyecto? ¿Cuáles formas disciplinares de representación propias de la arquitectura articulan una visión abstracta y objetual en lugar que posicionada y subjetiva?
Las imágenes verticales, aéreas, cenitales, satelitales, se han tornado moneda corriente. De manera creciente se ha vuelto común el acceso a fotografías o videos tomados desde artefactos que miran hacia el territorio desde arriba. Este tipo de mirada pareciera que viene a reemplazar la que predominó durante los últimos quinientos años, desde que la perspectiva posicionó al hombre en el centro de la escena.
En Planta se presenta como una serie de dibujos, enfocando en lo que para la oficina es una herramienta de privilegio a la hora de definir los proyectos y poner en relación lo heterogéneo. Una mirada transversal a través de los múltiples trabajos realizados, permitiendo una mirada descontextualizada y a la vez conmensurable entre sí. Una colección que se define a partir de un encuadre y una representación común.
Embalaje por fuera, oficina por dentro
La Oficina de Bolsillo reúne en un único volumen el trabajo y las aspiraciones de la Oficina de Arquitectura.